Nuestro adiós, es más que una despedida, es el adiós de mi infancia, es el adiós de la inmadurez y la perseverancia, es el adiós de dos años perdidos en ilusiones y fracasos.
Pero el aprendizaje de nuestros cuerpos seguirá vivo, las caricias que el viento nos trajo y nos devolvió tantas veces, los lugares que caminamos y rodeamos juntos, llenos de sonrisas perseguidas por dos almas, que juntaban sus corazones al compas del amor.
Almas que seguirán vivas y juntas, guardadas en la caja de recuerdos del destino, el lenguaje corporal de tus labios llegó a enamorarme de una manera ilógica, pero con sentido del amor. Cada sonrisa que me regalaste quedará marcada en mi memoria, en mi vida. Ésto, no es una carta de amor y dolor, tampoco es una despedida. Pero si es el adiós que yo le brindo a la vida, a la vida llena de ti, a la vida que me besó con abrazos y pequeños mordiscos de felicidad, esa vida se ha ido y no volverá jamás, como nuestras ilusiones, nuestros sueños, nuestra vida juntos. Nuestra vida que se convertirá en "mi vida" y en "tu vida" porque caminos que están separados, se sabe que algún día se juntaron en el parque de los deseos del amor e ilusiones.
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