miércoles, 24 de agosto de 2011

Vidas en peores condiciones.

“Un sábado de un frío agosto, ella se encontraba en el corredor de su residencia, pensativa como siempre, esta vez no hallaba una solución para su curioso problema de depresión contínua, pensó varias veces en acudir a un psicólogo que pudiera decirle qué hacer, pero después se acordó de que ella era la dueña de su propia vida y debía tomar sus decisiones sin ayuda de terceros. Aun así, sabía que algo andaba mal, la vida ya no era tan emocionante como ella pensaba. Siempre había sido una gran soñadora, deseaba viajar lejos de su habitación y conocer nuevos mundos, deseaba besar tantos labios buscando amor, deseaba poder entrar en una universidad prestigiosa que la llenara de nuevas experiencias, deseaba siempre centrarse en ser buena persona y muy agradable a la vez, deseaba amor, y muchas letras que surgían en su mente pidiendo auxilio fueron ignoradas tantas veces. Tenía mala suerte para todo aquello que se le presentase en su vida, siempre sucedía algo, siempre creyó que era la envidia que la perseguía, ya que muchas personas querían verla sufriendo en muchos momentos de su vida, pero ella hacía caso omiso de esos inconvenientes. Ella sólo quería tener dieciocho años y ser independiente, volar por los aires y visitar a desconocidos que le dieran sorpresas.

Encontró un papel y un lápiz y pensó que ya había llegado la hora de escribir algo, pero se aproximó a su estudio y comenzó a revisar correos que no había visto en una semana, de pronto, entre todos los mensajes poco importantes que había visto, resalta uno de la academia de cambios neutrales en Londres, Inglaterra, ella ya había vivido una experiencia en ese lugar, era una academia que ayudaba a adolescentes, o niñas entre 11, y 13 años, a combatir problemas como la anorexia, la bulimia, problemas de divorcios de sus padres y otras cosas que pueden vivirse a esa edad, que puedan marcar sus vidas. Generalmente las personas que iban a ese lugar tenían algún tipo de problema. El problema de ella era sólo que quería visitar un nuevo lugar del mundo y eso la tenía desesperada, sentía curiosidad, ya llevaba tres años desde que estuvo allí, el correo se trataba de una petición, para volver a ese lugar por las vacaciones quince días y ayudar a niñas que estuviesen en su etapa de crecimiento y sufrimiento también. Ella en realidad era la que estaba necesitada de ayuda profesional, pero se sintió halagada y sabía que tenía que salir de la ciudad por un tiempo para sentirse despejada.
Abordó y ya después de algunas horas se encontraba en Londres, pasaron aproximadamente diez días y ya se sentía como en casa, conoció a muchas chicas que le enseñaron que la vida no posee tantos problemas. Ella enseñó sobre la felicidad, pero esas niñas marcaron su vida, porque le enseñaron que cientos de personas se encuentran en peor estado que ella, que ciertas veces vemos todo desde el punto que deseamos, siempre queriendo demostrar que somos víctimas de lo que nos sucede.”



Siempre trato de encontrar la enseñanza o la “moraleja” de mis escritos, que rápidamente aparecen en mi mente, de éste sólo puedo decir algo, y es el hecho de que los humanos solemos ser tan fríos cada vez que cometemos un error, no vemos ese punto clave en el que debemos creer, no siempre seremos los culpables de lo que nos sucede. Pero ¿qué sería de la vida sin los problemas? ¿Cómo aprenderíamos sin ellos? Esta chica creía que el mundo se iba a derrumbar ante sus ojos, por cualquier problema diminuto que se pudiese presentar. Pero al conocer a las pequeñas niñas que tal vez hasta sufriesen de cáncer a los diez años y querían vivir más, púes allí le ve el sentido a la vida y a las cosas que posee, comenzando por la esperanza y la historia que está escrita para cada uno de los que aún podemos escribirla.

domingo, 14 de agosto de 2011

Letras que me escuchan.

Era un caluroso catorce de agosto, lleno de sorpresas y una gran toma de decisiones, llegué de vuelta a mi hogar, y decidí, como de costumbre, dedicarme a las letras. Curiosas letras que suelen ser palabras en mi mente, letras que están llenas de sentimientos y recuerdos. Letras que llevan muchos nombres. Letras que soy yo. Letras que son personas vivas, personas muertas, personas. Letras que me han rodeado por pocos años y me han enseñado una nueva perspectiva de la vida, letras, letras letras.

Dulces letras que susurran silencios, letras que superan límites.

Mis letras son lágrimas escritas, son sonrisas imaginadas. Letras sencillas que desean ser candentes. Letras que son la mujer en carne viva. Letras que acostumbran ser hombres. Letras que me inspiran más letras. Letras habitando bajo mi almohada. Letras quemadas bajo el sol de mi habitación. Letras que no son letras, sino un estilo de vida. Letras ardiendo en fuegos. Letras mágicas. Letras que recitan insomnios desvelados. Letras que me persiguen. Letras que nunca fueron leídas, ni apreciadas, ni sentidas. Letras que querían ser escritas. Letras que golpeaban mi alma exigiendo libertad. Letras que querían desahogarse pero no lo lograron. Letras que seguirán siendo escritas en mi cerebro. Letras que son memorias olvidadas. Letras que son alimento del alma. Letras que me hablan. Letras que me escuchan. Letras que me vuelven hoja y papel. Letras que me llevan a otra dimensión llamada ilusión. Letras que son pequeñas películas en las cabezas de las personas. Letras que cambian muchas ideas. Letras que han logrado grandes triunfos. Letras que han convertido a simples personas en grandes ideólogos. Letras que hablan de amor. Letras que hablan de violencia. Letras que hablan de paz. Letras que son poesía. Letras que son naufragio. Letras que son lluvia. Letras que son estrellas. Letras que son cielo perdido. Letras que son tormenta. Letras que son tempestad. Letras que son tiempo. Letras que son aire. Letras que son sangre. Letras que son vida. Letras que son muerte. Letras que hablan de libertad. Letras que se vuelven libertad. Letras que son pasado. Letras que se vuelven futuro. Letras que siempre seguirán vivas. Letras que nunca me rechazarán. Letras que estás leyendo tú, en este momento. Letras de felicidad. Letras de tristeza. Letras que no son palabras, son amor.

Yo también deseo ser letras, letras que arden y que se funden en la historia de mi vida. Sentimientos que desean ser letras. Pensamientos que desean ser escritos.

miércoles, 3 de agosto de 2011

La vida es un camino lleno de obstáculos que debemos recorrer sea cual sea nuestra decisión.

Elaborando fantasías me encuentro, estoy sentada en frente del monitor de mi computadora, con la mente totalmente en blanco, entonces, me doy cuenta de que no sé que haré, la vida últimamente me ha traído tantas alegrías como desgracias, pero he aprendido a superarlas, hoy las nubes caen sobre mis pensamientos, libres como el viento.

El incremento de la vida lo encontré en una pequeña sonrisa, yacía en mi espejo, susurrándome sorpresas, y caminos por seguir, una sonrisa que todavía no ha logrado desvanecerse de mi mente, la vida me enseñó que ser proactiva me ayudará a despertarme cada día para un sol que espera por mi corazón, un corazón que ha pasado por tantas tristezas y que se ha ilusionado más de una vez, pensando que la vida me dará algo nuevo, aunque obviamente, no ha resultado, me siento estancada en mis días, todos parecen ser iguales, descubrí que esperar es tan sólo pensar en una ilusión, lo descubrí hace tres días, en una noche de este caluroso Agosto.

Estaba en mi habitación luchando contra el insomnio, que me ha atormentado cada noche y me obliga a observar el hermoso amanecer, que últimamente no ha sido tan apetecible para mi vista ya que lo veo sólo porque mis ojos no pueden dejar de parpadear. Decidí hacer algo productivo, así que cogí un papel y un lapicero, dejé que mis ideas fluyeran, es increíble la concentración que puedo poseer a estas horas de la madrugada, nada me estorba, nada me interrumpe, vi como mis letras cobraban vida, y allí apareció una mariposa sonriéndome, pero de repente recordé que en toda la noche no había abierto la ventana, ¿cómo había entrado a mi hermoso corral, esa mariposa? No lo se, pero mi pánico hacia los insectos nunca ha sido agradable, así que corrí intentando buscar una salida en mi closet, pero ella estaba ahí, quieta, esperando su muerte, esperando mis gritos, esperando mis súplicas para que la culpara y así, ella pudiese morir.

Decidí observarla por unos segundos, y allí comencé a leer su lenguaje corporal, me costó en lo absoluto, ya que era sólo un pequeño animal flotando cerca de mí, vi una sonrisa en lo profundo de sus alas, una sonrisa de liberación, entonces lo comprendí, la mariposa estaba cansada de este frío mundo que aterraba a todos, y nos ocasionaba pensamientos de muerte, esa mariposa se encontraba en frente de mí porque su camino se cruzó con el mío por una razón, como ya he recordado antes, no creo en el destino. Pero sé que las coincidencias no existen, esa mariposa sabía que yo era una persona entomofóbica y que huiría para destruirla, pero como mi orgullo es tan grande no lo hice, porque a pesar de que la mayoría de las veces yo también he tenido unas enormes ganas de suicidarme no lo haría, porque la vida es un camino lleno de obstáculos que debemos recorrer sea cual sea nuestra decisión. Sólo los cobardes se quitan la vida, porque sólo un valiente se atreve a vivir esta vida llena de sufrimiento, una vez lo leí. Entonces toqué a la mariposa, ella cerraba los ojos, esperando el golpe de muerte, esperando que yo la llevase al cielo donde la esperaban, pero no lo hice, con sumo cuidado la coloqué en mi almohada, recosté mi cabeza sobre ella y ésta comenzó a subir a mi nariz, era una situación algo incómodamente graciosa, mis ojos se llenaban de esperanza por salvar nuevas vidas, pensé que, tal vez podría hacerlo más seguidos, ya que no todos los insectos iban a hacerme daño, en ese momento la mariposa salió volando a juguetear con mis cortinas, abrí la ventana y le grité ¡VUELA! y así lo hizo, la vi volar entre los árboles y pasear por las manos de los niños, me sentí felíz, porque por una parte superé todos mis miedos, y por otra, ¡salvé una vida!


La vida es una mariposa, la vida es aquello que nos da respiración, la vida somos nosotros, seguimos creyendo que debemos huir de nuestros problemas, simplemente ir a la boca del tigre para acabar con todo aquello que nos hace sufrir en nuestro interior, pero una persona aparece, y le da sentido, luz, y vida a nuestra respiración, nos hace saber que no merece la pena desperdiciar las lágrimas y que debemos, por más que pueda costarnos, seguir adelante y volar, como esa mariposa.