miércoles, 3 de agosto de 2011

La vida es un camino lleno de obstáculos que debemos recorrer sea cual sea nuestra decisión.

Elaborando fantasías me encuentro, estoy sentada en frente del monitor de mi computadora, con la mente totalmente en blanco, entonces, me doy cuenta de que no sé que haré, la vida últimamente me ha traído tantas alegrías como desgracias, pero he aprendido a superarlas, hoy las nubes caen sobre mis pensamientos, libres como el viento.

El incremento de la vida lo encontré en una pequeña sonrisa, yacía en mi espejo, susurrándome sorpresas, y caminos por seguir, una sonrisa que todavía no ha logrado desvanecerse de mi mente, la vida me enseñó que ser proactiva me ayudará a despertarme cada día para un sol que espera por mi corazón, un corazón que ha pasado por tantas tristezas y que se ha ilusionado más de una vez, pensando que la vida me dará algo nuevo, aunque obviamente, no ha resultado, me siento estancada en mis días, todos parecen ser iguales, descubrí que esperar es tan sólo pensar en una ilusión, lo descubrí hace tres días, en una noche de este caluroso Agosto.

Estaba en mi habitación luchando contra el insomnio, que me ha atormentado cada noche y me obliga a observar el hermoso amanecer, que últimamente no ha sido tan apetecible para mi vista ya que lo veo sólo porque mis ojos no pueden dejar de parpadear. Decidí hacer algo productivo, así que cogí un papel y un lapicero, dejé que mis ideas fluyeran, es increíble la concentración que puedo poseer a estas horas de la madrugada, nada me estorba, nada me interrumpe, vi como mis letras cobraban vida, y allí apareció una mariposa sonriéndome, pero de repente recordé que en toda la noche no había abierto la ventana, ¿cómo había entrado a mi hermoso corral, esa mariposa? No lo se, pero mi pánico hacia los insectos nunca ha sido agradable, así que corrí intentando buscar una salida en mi closet, pero ella estaba ahí, quieta, esperando su muerte, esperando mis gritos, esperando mis súplicas para que la culpara y así, ella pudiese morir.

Decidí observarla por unos segundos, y allí comencé a leer su lenguaje corporal, me costó en lo absoluto, ya que era sólo un pequeño animal flotando cerca de mí, vi una sonrisa en lo profundo de sus alas, una sonrisa de liberación, entonces lo comprendí, la mariposa estaba cansada de este frío mundo que aterraba a todos, y nos ocasionaba pensamientos de muerte, esa mariposa se encontraba en frente de mí porque su camino se cruzó con el mío por una razón, como ya he recordado antes, no creo en el destino. Pero sé que las coincidencias no existen, esa mariposa sabía que yo era una persona entomofóbica y que huiría para destruirla, pero como mi orgullo es tan grande no lo hice, porque a pesar de que la mayoría de las veces yo también he tenido unas enormes ganas de suicidarme no lo haría, porque la vida es un camino lleno de obstáculos que debemos recorrer sea cual sea nuestra decisión. Sólo los cobardes se quitan la vida, porque sólo un valiente se atreve a vivir esta vida llena de sufrimiento, una vez lo leí. Entonces toqué a la mariposa, ella cerraba los ojos, esperando el golpe de muerte, esperando que yo la llevase al cielo donde la esperaban, pero no lo hice, con sumo cuidado la coloqué en mi almohada, recosté mi cabeza sobre ella y ésta comenzó a subir a mi nariz, era una situación algo incómodamente graciosa, mis ojos se llenaban de esperanza por salvar nuevas vidas, pensé que, tal vez podría hacerlo más seguidos, ya que no todos los insectos iban a hacerme daño, en ese momento la mariposa salió volando a juguetear con mis cortinas, abrí la ventana y le grité ¡VUELA! y así lo hizo, la vi volar entre los árboles y pasear por las manos de los niños, me sentí felíz, porque por una parte superé todos mis miedos, y por otra, ¡salvé una vida!


La vida es una mariposa, la vida es aquello que nos da respiración, la vida somos nosotros, seguimos creyendo que debemos huir de nuestros problemas, simplemente ir a la boca del tigre para acabar con todo aquello que nos hace sufrir en nuestro interior, pero una persona aparece, y le da sentido, luz, y vida a nuestra respiración, nos hace saber que no merece la pena desperdiciar las lágrimas y que debemos, por más que pueda costarnos, seguir adelante y volar, como esa mariposa.

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