jueves, 1 de marzo de 2012

Te encuentro en las llanuras de nuestro desierto escondido en mi ombligo, junto a la adversidad de un mundo en ruinas.

Viví la abstinencia de sus labios retractados y saboreados por mis lágrimas sudorosas, cae el cielo y yo sigo sintiendo el viento tocando mi intimidad más secreta. Huelo el valle del mundo narciso que hoy nos visita, y me escondo, fría y turbulenta, y huyo de una realidad creada por fantasías, las cuales nunca me advirtieron de este vacío. Identidades no vemos en el corazón de las mentiras y me rozas, como si no hubiera mañana en el ayer, como si fuéramos un sueño, una pesadilla que jamás deja de ocurrir, me mientes a través de las falsas parábolas que tu boca emite, mides mi nivel de socorro y madurez continua y me vuelves a besar toda, oreja a oreja, y te encuentro en las llanuras de nuestro desierto escondido en mi ombligo, junto a la adversidad de un mundo en ruinas.