domingo, 31 de marzo de 2013

What if..

El viento acariciaba mi dolor, anunciándome que llegarían días mejores, podrían ser con él, o podrían ser con alguien más. Yo sólo esperaba que la vida me diera la certeza de que iba a ser feliz.

De verdad aproveché estos días en soledad, quizás para pensar en mí, o quizás para soñar con él. No importaba lo que sucediera, yo iba a seguir adelante, con él o sin él, yo tenía que ser feliz y no podía desperdiciar mi vida llorando.

Pero no sabía si debía rendirme o seguir luchando por este amor. Necesitaba un mensaje del Universo. Pero mientras no lo supiera, iba a seguir peleando por lo que quería. Porque la vida de un amante se basa en dar todo por amor, y yo sabía perfectamente que estaba enamorada.

¿Y si no era lo correcto?, ¿y si la vida me tenía preparado algo mejor?, ¿y si me volvía a enamorar?, ¿cómo podría saberlo?

De algo estaba segura: lo amaba. ¿Pero él me volvería a amar otra vez?

lunes, 18 de marzo de 2013

La pasión o la lujuria, o la necesidad profundamente arraigada de hacer las paces me invade, y el deseo me inflama la sangre.

Renació un amor que siempre estuvo presente. Te llevo marcado en mi piel, y lentamente me voy dejando llevar por mis sentidos, y te beso el pensamiento hasta causarte un gran amor de cabeza, un amor que sólo nosotros entendemos. Siempre he amado esa manera tuya de desearme, de cuidarme. Extraño aquellos días cuando solías protegerme de los recuerdos que fuertemente quemaban mis venas. La pasión o la lujuria, o la necesidad profundamente arraigada de hacer las paces me invade, y el deseo me inflama la sangre. En cada uno de mis sueños tu presencia suele agobiarme, viene a mí el pasado, cuando revisabas este mismo blog y me citabas mientras me hacías reír mientras me decías que mi lírica era maravillosa. ¿Pero qué hay de mi vida? Ya no es tan maravillosa si no estás aquí para quererme. ¿De qué me sirve tener un gran equilibrio emocional, toda la belleza del mundo, si no la puedo compartir contigo? ¿De qué me sirve el orgullo, si sé que al verte caería fácilmente a tus brazos de nuevo? ¿De qué me sirve llorar, si no estás aquí para secar mis lágrimas con tus labios?