miércoles, 21 de septiembre de 2011

Un choque con el futuro.

Lola volvió el día de ayer, a recibir sus desolaciones con llantos fúricos, lo que sentía no era decepción, ni sentimientos de fracaso, era sólo un cuidadoso miedo elaborado de decisiones absurdas.

Lo vió, en su viaje de cuentos de hadas, creado para su satisfacción y para la creación del olvido de su pasado, en ese tan esperado viaje lo encontró, sucedió de nuevo, su mirada se dirigió a él y no pudo evitar darle esa sonrisa que surgía cuando sus vistas chocaban, no pudo evitar correr a sus brazos y decirle lo siento, no pudo evitar besarlo con la pasión y el deseo más grande que alguna vez haya tenido, tantos meses sin admirar sus labios, mientras que al mismo tiempo recibía mensajes de texto de disculpas de parte de él.. era una gran tentación que no podía ganarle a su desdichado orgullo, sólo una rosa habría sido tan hermosa y fuerte como para quedarse quieta sin dirigirse ilusionadamente hacia él. Ambos sonrieron, luego él dejó de sonreír cada segundo, abrió sus brazos en señal de rechazo, ella quedo totalmente asombrada, ella sabía que él también estaba felíz, no por capricho, ella lo había sentido en su pecho, ese tambaleo del corazón, ese latido tan grande que era inevitable de omitir, y la manera en que su rostro pasó de estar en estado normal a estar radiante, es como si él la estuviese esperando con los brazos abiertos, es como si él hubiera sabido perfectamente que la iba a encontrar en ese lugar, es como si la hubiese perseguido hasta el fin del mundo. Pero su rostro emitía señales distintas, por un momento Lola lo vió distinto, todo, todo ese momento fue arruinado por ese rostro, que le estaba diciendo un "no deseaba verte justo acá" , eso fue lo que por fin ella comprendió, se quedo perpleja ante él, ambos sin hablar, en todo ese instante estaba tan concentrada en decifrar su expresión que no se dió cuenta de que alguien se acercaba, viéndolo, observó como unas manos de mujer recorrían sus hombros, y allí lo entendió todo, detrás de él apareció una mujer, rubia, alta, sonrisa perfecta y cuerpo perfecto, lo tomaba por los hombros y se balanceó hasta caer en sus brazos, quedó totalmente en frente de él, y sin más pensarlo, llevó sus labios hacia los de él, no de la manera desesperada que ella lo había hecho, no, esta mujer había rozado con las manos todo su cuerpo y había besado cada centímetro de sus labios como si fueran de ella, él, en cambio, había colocado una cara de rechazo más grande, no por rechazo hacia ella, sino porque todavía se encontraba asombrado por Lola. Lola seguía ahí, no tenía las fuerzas para moverse y dejar de presenciar aquel acto que ocurría en frente de ella, ella estaba ahí, con todas sus articulaciones temblando y apunto de recaer, totalmente pálida y con la boca semiabierta, estaba en estado de shock, entonces, cuando la mujer se apartó de él, Lola reaccionó, de pronto, volviendo a su estado normal fue como si la hubieran golpeado, se dió cuenta de lo que realmente estaba sucediendo, y peor aún, se dió cuenta de que no había movido ni un dedo en todo ese momento y sabía que debía irse de allí, que estaba haciendo el ridículo, entonces otro golpe para Lola, sin si quiera pensarlo sintió un dolor en el pecho y sintió como iba cayendo al suelo, sus ojos estaban apunto de actuar, con lágrimas desesperadas, y ella no podía hacer nada, porque no era fuerte en ese momento, sólo deseaba correr pero no podía, miró hacia sus lados inmediatamente, luego pensó para sus adentros que no debía ser tan infantil, así que corrió para su izquierda, no tenía ni la menor idea de a dónde iba a ir, corrió y lloraba sin parar, escuchó en todo el camino a un hombre corriendo detrás de ella, no podía ser él, obviamente estaba muy ocupado, y evaluando la situación, dudaba totalmente que él se alejara de lo que tenía al lado sólo para ver como se encontraba ella. Hubo un momento que empezó a correr entre árboles, cuando ya no sentía pasos detrás de ella ni ninguna cercanía que la pudiese delatar, cuando ya se sintió enteramente perdida paró, pero no tuvo fuerzas para seguir en pie, cayó al piso como deseaba hacer hace un minuto, mientras huía de la verdad, no pudo evitar las lágrimas, se abrazó ella misma y sólo lloraba, imaginándose el rostro de aquella mujer tocando los hombros de él, sentía que la muerte la estaba visitando, de repente, volvió a sentir unos pasos acercarse fuertemente, como alguien corriendo, pero siguió llorando esbozando gritos, quizás sólo esos gritos era lo único que podía emitir su garganta, llorando esos pasos se acercaron más aún hasta que ella, tirada en el suelo sintió una mano tocando su espalda, entonces oyó una voz dulce decirle:
-¿Qué te sucede? Te he seguido por cinco minutos y como veo, corres demasiado, por fin he logrado encontrarte. - Lola seguía en el suelo, no había parado de llorar, pero dejó de emitir gritos, se quedó escuchando- Perdóname, pero debo llevarte. - Unos brazos la tomaron, y ella seguía sin reaccionar, solo vio unos brazos musculosos al rededor de ella, unos pectorales perfectos que terminó por tocar sin poder evitarlo, escuchó una pequeña risa de parte del hombre que la llevaba, pero ella se quedó en total silencio, todavía sus lágrimas la controlaban así que no podía decir absolutamente nada. Vio como estaba en otro lugar, era una cabaña, o una pequeña casa, entraban a una habitación, ella sintió que sólo era una persona dispuesta a abusar de ella, pero la tristeza que cargaba encima superaba cualquier abuso, se sintió asustada por un momento y comenzó una sensación extraña dentro de ella, dejaba de sentir sus pies, y esa sensación iba subiendo por todo el cuerpo, el sufrimiento la estaba absorbiendo, y dejó de sentir, lo que antes veía nublado ahora se convertía en oscuridad, ya estaba inconciente.


Una leve respiración y sus ojos comenzaron a abrirse, poco a poco, y Lola logró reaccionar, pero no gritó, recordó que estaba en otro lugar en el que quizás, pudo haber sido violada, no quería más sufrimiento, era mejor que pensaran que seguía dormida, su corazón estaba desesperado, el miedo y el dolor comenzaron a recorrerla, se dio cuenta de lo que estaba pasando, ella había besado al amor de su vida, el la había rechazado, una mujer se acercó a él y un dolor muy grande invadió a Lola, corrió y corrió invadida por sus sentimientos y un hombre la llevó a donde se encontraba en ese momento. Se percató de otro suceso, tenía una toalla fría en su frente, un edredon que la abrigaba y estaba sudando, sus ojos despertaron del todo y miró hacia su derecha. Estaba un hombre, vestido de azul, con unas facciones del rostro demasiado perfectas, y esbozando una sonrisa y al mismo tiempo una expresión de preocupación, era imposible que ese hombre hubiera abusado de ella, entonces observó el lugar, era una habitación de paredes blancas, ella yacía en una cama roja ubicada como un enfermo.
-Hola Bella durmiente, te debe parecer un completo abuso que te haya traído para mi pieza y te esté cuidando, pero sentí que debía hacerlo, desde que llegaste te he estado observando, tu rostro al venir esa de una desesperación por ser libre y volar, cuando viniste puedo estar seguro de que no querías ver a ese hombre, el hombre que abrazaste y besaste, llegué a ver ese momento, incluso cuando llegó la mujer, estabas perpleja y sólo pensé que iba a ser tu último día, por eso te seguí, la belleza que encontré en ti desde que llegaste va más alla de una simple mujer alta y rubia, lo que tu posees va más allá de cualquier belleza exterior. Sólo deseo cuidarte.

Y allí surgió una nueva historia en la vida de Lola.

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